la crianza es un lucha en la que todos los dias ganas batallas, aunque sabes que nunca ganaras la guerra

viernes, 23 de septiembre de 2011

celtas largos sin boquilla

 ese paquete de tabaco ha vuelto a mi cabeza
hace muchos años, sin edad para comprar ni fumar tabaco
iba yo al estanco a comprarlo
me mandaba un huertano, viejo huertano me parecia a mi
yo, con 6 o 7 años,sin los peligros que hay hoy por las calles
andaba a por su paquete de tabaco
no recuerdo bien pero creo que costaba 16 pesetas(o once o doce da igual)
pero me acuerdo que me daba una peseta cada vez que le traia su tabaco.
no hacia mas ruido, desaparecia como reaparecia al dia siguiente o a los dos dias
cogia su hierba para sus animales y se iba
se iba como se ha ido
sin hacer ruido

9 comentarios:

  1. Y el anís también le gustaba.

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  2. esa copica no la perdonaba

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  3. Me ha recordado a mi abuelo que fumaba IDEALES...
    ...Yo por aquello de que era muy pogre también empece fumando celtas, pero cortos y el paquete creo que era verde...
    Descanse en paz ese huertano que segaba yerba...
    Besicos.

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  4. El tabaco es malísimo, jamás he fumado, y ni falta que me ha hecho.
    Buen finde
    Un abrazo

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  5. Tenía yo un profesor en la facultad, que los fumaba hasta en clase.

    Saludos y un abrazo.

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  6. Siento su marcha, aunque su recuerdo perdurará en ti.
    Un abrazo, Alfonso.

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  7. Galois y Gitanes, en Francia, que se fumaban en los bares, obreros en las asambleas, estudiantes en los cafés... No conocía los Celtas. Trasposición de orígenes culturales. Luego llegó el rubio americano. El tiempo no es gratis...

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  8. Y aún había los Celtas Cortos sin boquilla, ya ha llovido desde aquella, imágenes para el recuerdo.
    Saludos.-

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  9. Comencé a fumar con quince años... Y a los dieciséis estaba ya totalmente enganchado, o eso creía yo. Como teníamos poco dinero, con una amiga también enganchada nos poníamos delante de un estanco y pedíamos un duro, jajaja, qué vergüenza sólo recordarlo. Cuando teníamos quince o dieciséis pesetas, comprábamos un celtas corto, jeje. Por Dios, qué diferentes éramos a los niños de ahora, todos con su blackberry!

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